Lectura 14
- Liz Hernandez Ortega
- 26 jul 2019
- 2 Min. de lectura
La vieja que engañó a la Muerte
Puede ser verdad, puede que no lo sea, pero había una vez una vieja muy vieja. Era realmente muy pero muy vieja, más vieja que el jardinero que plantó el primer árbol del mundo. Sin embargo, estaba llena de vida y la idea de morir le quedaba muy lejos. Se pasaba el día atareada en su casa lavando, limpiando, guisando, cosiendo, planchando y quitando el polvo, como si fuese una joven ama de casa.
Pero, un día, la Muerte se acordó de la vieja y fue a llamar a su puerta. La anciana estaba haciendo la colada* y dijo que, justo en ese momento, no podía irse. Aún debía aclarar, estrujar, hacer secar y planchar su ropa. Aun dándose prisa, pensaba que estaría lista, en el mejor de los casos, a la mañana siguiente; por tanto, la muerte haría mejor en volver un día después. -Espérame, entonces, mañana a la misma hora- dijo la Muerte, y escribió con tiza en la puerta: “Mañana”.
Al día siguiente, la Muerte volvió para llevarse a la vieja.
-Pero, señora Muerte, sin duda usted se ha equivocado. Mire la puerta y verá cuál es el día fijado para venir a buscarme- observó la vieja.
La Muerte miró la puerta y leyó: “Mañana”.
-Está claro, pues –añadió la vieja-. Tiene que venir mañana, no hoy. La Muerte fue al día siguiente. La vieja la recibió con una sonrisa y le dijo: -Pero, señora Muerte, usted se ha equivocado otra vez. ¿No recuerda que usted misma escribió en la puerta que vendría mañana y no hoy?
Y así la historia continuó durante todo un mes. Pero la Muerte acabó por cansarse. El último día del mes le dijo: -¡Me estas engañando, vieja! Mañana vendré a buscarte por última vez. ¡Recuérdalo bien!- dijo. Borró de la puerta lo que ella misma había escrito y se fue.
La vieja, en ese momento, dejó de sonreír. Pensó mucho, porque quería encontrar otra manera de engañar a la muerte. No pegó ojo en toda la noche, pero no llegó a idear nada.
-Me esconderé en el barrilito de la miel- se decía la vieja-, ¡Seguramente la Muerte no me encontrará ahí dentro!-. Y se escondió en el barrilito de la miel, dejando fuera sólo la nariz. Pero de repente pensó: -¡Por el amor de Dios, la Muerte es astuta! ¡Me encontrará en el barrilito de miel y me llevará consigo!
Salió del barril y fue a esconderse en una cesta llena de plumas de ganso. Pero de repente pensó: - ¡Por el amor de Dios, la Muerte es astuta! Me encontrará también en la cesta-. En el momento en que salía de la cesta, la Muerte entró en la habitación. Miró a su alrededor y no llegó a ver a la vieja por ninguna parte. En su lugar vio una figura terrible, espantosa, toda cubierta de plumas blancas y con un líquido espeso que se escurría por su cuerpo. No podía ser un pájaro, tampoco una persona, era, sin duda, algo terrible de ver. La muerte se asustó tanto que puso sus pies en polvorosa, huyó y nunca más volvió a buscar a la vieja.
se trata de una vieja midorexia, que apesar que era vieja se sentía Joven, la vieja se la hingenio para engañar la muerte y para que la muerte nunca volviera a buscar a la vieja, esto iso que la muerte cogiera miedo de la vieja.
Estudiante: Ana Georgina sotto coronel
Grado:702
Jesus Guerrero Ospino Grado 702 JM Siendo la muerte tan astuta y temida se asusto y corrio del lugar, asi encontramos personas que creyendose saberlo todo llega el momento en que se aterrorizan con pequeñas cosas. Por que si la muerte hubiera verificado que era lo que habia visto se hubiera llevado la vieja y no hubiese sido engañada de nuevo.
yoider celon rangel
Grado 602 JM
Este es mi comentario profesora Lizeth
ahi en la lectura se resalta lo astutas que son las mujeres, que hasta la muerte pudieron engañar.
es una lectura que enseña la manera como se las ingenio la vieja para burlarla muerte.
Keiner López Silva
Grado 602JM
Este es mi comentario profesora Lizeth
Que la vieja fue mas astuta que la muerte porque la supo engañar muy bien y la muerte no se salió con la suya porque la muerte llego a casa de la vieja a llevarsela y a pesar de que la vieja estaba asustada porque la muerte se la iba a llevar y vamos a ver que al final la que resulto asustada fue la muerte.